Puesto que tienes la justicia propia de Jesús, mereces todo lo que Jesús merece...

Puesto que tienes la justicia propia de Jesús, mereces todo lo que Jesús merece. Pregúntate lo siguiente: ¿Espera Jesús todo lo que toca a prosperar? ¡Sí! ¿Espera Jesús que sucedan cosas buenas a Él? ¡Sí! ¿Goza Jesús del favor de Dios? ¡Sí! ¡Amado, tú eres la justicia de Dios en Cristo, y eso significa que te mereces toda la bondad y el favor que merece Jesús!
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