Sunday, August 12, 2012

La nueva creación, por Norman Grubb


La nueva creación

"Pero Dios el Señor llamó al hombre y le dijo:
—¿Dónde estás?"

Génesis 3:9


Los efectos de la desobediencia de Adán y Eva eran lo contrario a lo que el mundo natural y culpable esperaría la reacción de Dios a ser. Podríamos pensar que Dios, en Su ira, volverá la espalda a los dos. Pero fue precisamente al revés. Fue Adán quien se escondió de Dios, no Dios de Adán. Aquí Dios andaba recorriendo el jardín y en busca de Adán. Pero ¿dónde estaba Adán? Escondido entre los arbustos. Tampoco mostró Dios alguna represalia iracunda, sino sólo quería cuestionar Adán ... para acercarle la realidad de la desobediencia. Porque cuando se encontró cara a cara con los tres, la serpiente y Adán y Eva, no había ni una palabra de condena o de ira contra los dos, sino sólo su maldición completa sobre Satanás. Para Adán y Eva, todo lo que Dios dijo era para aclararles la "beneficiosa" consecuencia que, por suerte, no pudieron escapar - una forma de vida que siempre tiene pena en sus raíces. Dios dijo en efecto: "Eva, tú tendrás la tristeza de una manera; Adán, tú tendrás la tristeza de otra manera." Eso fue todo.


Y, por supuesto, el punto de la pena sería que toda la raza humana a través de todos sus siglos de historia sería siempre interiormente miserable, siempre sabiendo que se estaba errando el tiro y el sentido de la vida, siempre en busca de una felicidad falsa que siempre se les escaparía ... y por lo tanto, siempre en el corazón de cada hombre, por más que encubierta, está una sensación de estar perdido y el deseo de realización. Eso era el único juicio de Dios sobre sus hijos desobedientes, un juicio totalmente en su beneficio.

-del libro Sí, yo soy, por Norman Grubb (www.normangrubb.com)

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