La promesa que Dios no se acordará de nuestros pecados ya no quiere decir que Él olvida. La seguridad es mucho mayor que eso. Negarse a recordar nuestros pecados muestra cuán misericordioso nuestro Padre es hacia nosotros.
Considere este ejemplo: El dedo es un miembro de tu mano. Si te cortas accidentalmente tu dedo, es posible que alguien pudiera recogerlo, empacarlo en hielo y correr al hospital con tu dedo cercenado. Es muy probable que te precipitarán a la sala de cirugía, donde el cirujano tratará de "recordar" el dedo por volver a conectarlo a tu mano.
Ese es el significado de la palabra que se utiliza en este versículo. Puedes estar seguro de que tus pecados han sido separados de ti a través de la obra terminada de Cristo en la cruz y nunca más serán "recordados". Tus pecados se han ido y tienes el compromiso personal de Dios que Él nunca se acordará de ellos de nuevo.
¡Entra en este día en la alegría de saber que tus pecados nunca serán recordados!
-Steve McVey
http://soy-libre.org/conferenciantes/Steve-McVey.aspx
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