Tuesday, April 23, 2013

Lo que Jesús ha hecho de nosotros en su vida, muerte, resurrección y ascensión, es la *verdad* de nuestro ser, pero todavía no se ha convertido en nuestra *forma* de ser. No estamos separados de la Santísima Trinidad, sino incluidos en la vida trinitaria. Esta es nuestra identidad, la verdad de nuestro ser y nuestro destino de alegría. Somos amados, aceptados, abrazados para siempre, y adoptados. Pero eso aún no se ha convertido en nuestra forma de vida, y aquí radica nuestra vocación: nuestra identidad en Jesús nos llama y nos libera para llegar a ser lo que somos: amados, aceptados y abrazados para siempre.

C. Baxter Kruger, De vuelta a la cabaña

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